Después de enterarse por Nükhet de la traición de Sultan, Halis ha exigido respuestas y ha arrinconado a Ifakat sin darle opción a escapar.

“¿Es verdad lo que me ha contado Nükhet?”, ha preguntado el patriarca, muy enfadado. Ifakat ha intentado justificarse, asegurando que mandó a la criada esa tarea para proteger a la familia, pero sus palabras solo han envenenado más a Halis.

“¡Basta! ¡Basta! ¡Basta!”, ha gritado, golpeando el bastón contra el suelo. Ifakat, desesperada, ha confesado: “Recuerda cuando me diste tu consentimiento. Dijiste que sería mejor que Seyran no tuviera hijos. Lo hice por eso. Hice lo necesario”.

Pero Halis no ha aceptado su excusa. Le ha ordenado acercarse y cuando lo ha hecho, le ha tirado del pelo, gritándole en la cara: “¡Si vuelves a cometer un error como ese, terminarás en la calle como Sultan! ¡Ahora fuera de mi vista!”.

Mientras todo esto ocurría, Nükhet no ha podido evitar sonreír con burla. Sabe que su jugada ha dado resultado. Ifakat, humillada, ha tenido que salir de la habitación sin decir una palabra más.

¿Podrá Ifakat recuperar su lugar en la mansión o este será el principio de su caída?